educar es cuidar educar y cuidar

Por José Bercetche

Por deformación profesional yo tiendo a interpretar el mundo a mi alrededor como un resultado de los valores de crianza y educación de quienes lo conforman. Es una simplificación, lo sé, pero si veo un niño o una niña en clase con tendencias destructivas y otros con una personalidad cariñosa, armo conjeturas acerca de las circunstancias tempranas que pueden explicar esas conductas. Y aunque son hipótesis nunca verificadas del todo, la regla general es aceptablemente válida: hacemos lo que aprendimos.

Aprendemos gracias a nuestra experiencia y a veces podemos mirar hacia atrás y ver cómo hemos evolucionado. Llevando este concepto a la esfera global, Google ha puesto a disposición de los usuarios una extraordinaria herramienta llamada Timelapse que nos permite justamente eso: mediante una infinidad de imágenes del planeta almacenadas en Google Earth la plataforma nos muestra, con el zoom que elijamos, una animación de las fotos satelitales tomadas desde 1984 hasta el 2020, de cualquier localidad de la Tierra.

Esta maravilla de la tecnología tiene muchos usos, desde comerciales hasta estadísticos, pero ninguno me parece más importante que el de ayudarnos a tomar conciencia del alarmante deterioro de nuestro querido planeta. Basta escribir en el buscador de Timelapse el nombre de algún territorio con bosques tropicales, por ejemplo Mato Grosso, Brasil, o hacer zoom en algún glaciar de Groenlandia para ver la dramática transformación que han sufrido.

Hoy, 22 de abril, es particularmente propicio hacer el ejercicio de mirar con honestidad el estado del planeta ya que celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra, auspiciado por las Naciones Unidas. Esto que vemos, ya sea la degradación de hábitats lejanos mediante Timelapse o la contaminación en nuestras ciudades, mares y ríos, es el resultado de los valores dominantes que animan a la humanidad. Tener ese resultado a la vista con un clic nos ofrece una invitación a revisar las bases de nuestro modelo de vida.

Con esta tecnología hoy podemos, en pocos segundos, enseñarles a los jóvenes lo que hemos hecho con el planeta en los últimos treinta y seis años. Ojalá nos ayude a desarrollar una conciencia global que priorice el cuidado de todas las personas y del medioambiente, y la educación de los valores que los defienden. Es una educación que no puede esperar. Y como describo en mi libro Educar y cuidar hacia la igualdad  (de próximo lanzamiento) estos valores se aprenden en casa y en la escuela, principalmente durante los primeros diez años de vida.

 

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